En el Proyecto Sachamanta impulsamos una organización de artesanas textiles, una consecuencia directa del funcionamiento, durante varios años, de la “Escuela de artes y oficios”.  Las maestras y sus primeras alumnas, todas ellas teleras de primera línea, formaron en el año 2005, el grupo “Huarmi Sachamanta”, voz quichua que significa “mujer del monte”. En el marco de esta iniciativa, trabajamos intensamente el fortalecimiento del grupo y su organización, aumentando desde entonces el número de tejedoras involucradas y contando con mayor presencia de jóvenes, formadas también en la escuela de telar.

 

Los objetivos del proyecto fueron:  difundir y revalorizar el arte textil local, mejorar la calidad de vida de las artesanas, ​fomentar una ética laboral y social que genere responsabilidad y valorización del propio trabajo y del vínculo de pertenencia a la organización, crear espacios de intercambio y capacitación  sobre la producción y comercialización de sus productos para  finalmente lograr la  sustentabilidad y autonomía de la organización.

 

Participaron del proyecto cerca de cincuenta mujeres, hilanderas y teleras, que organizan su producción y comercialización en el marco de criterios productivos y comerciales justos.  Esto implicó un proceso de organización social que, impulsa la justa distribución de la renta en toda la cadena textil, desde la producción de la fibra hasta la venta del producto terminado.

 

El proyecto cuenta con un Banco de Lana que otorga préstamos de materia prima -vellón de lana e hilados- y fija precios en las transacciones bajo una condición de “precio justo”. Las hilanderas, aproximadamente treinta, trabajan en forma regular durante todos los meses del año acercando su producción al Banco de la lana que ha transformado la actividad económica de la zona. Debido a la utilización de protocolos, el mejoramiento en la calidad y variedad de grosores de los hilos realizados con huso fue notable.

 

En el marco del proyecto se realizaron capacitaciones: costos, precios y precio justo para asegurar una retribución acorde al trabajo realizado, una mejora en la calidad de vida de los artesanos y la sustentabilidad de la producción.

 

Fue muy importante el trabajo con las más jóvenes, apoyándolas para que puedan expresar su opinión y trabajando su autoestima, logrando así su fortalecimiento, para que el oficio se transforme en una trabajo  de mayor complejidad y responsabilidad.  Ellas asumen las tareas productivas y de organización durante todo el proceso de producción.

 

Se trabaja mucho en la innovación de los diseños, sin descuidar el bagaje tradicional con el que cuenta la cultura quichua santiagueña.

 

A través de las dos ediciones del concurso de textiles impulsadas por la Escuela de artes y oficios, las tejedoras dejaron volar su creatividad, aparecieron nuevos  diseños  y juegos de color,  muchos de los cuales fueron comercializados posteriormente con gran éxito.

 

El proyecto adopta los principios sistematizados por la International Fair Trade Association (www.ifat.com) para la capacitación y organización del grupo dentro de los parámetros del comercio justo.

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Entre los años 2007 y 2012  el grupo fue invitado a participar de numerosas ferias en Argentina y en el exterior, para comercializar sus productos y exhibieron sus piezas en diferentes museos y galerías de arte.

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Desde el año 2012, la organización es autónoma y autosustentable. Poseen una cartera de clientes que comercializan sus productos en el marco del comercio justo en Argentina y el exterior. 

 

A fines del año 2013, Asociación Adobe establece una alianza con Elementos Argentinos (empresa socialmente responsable) quienes se comprometen a colaborar en el asesoramientos comercial y de diseño en la producción de alfombras del grupo "Huarmi Sachamanta". 

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En el año 2014 se publico el libro "Tejiendo una nueva vida" (Relatos e imágenes sobre el proyecto Sachamanta)